"Vuestras
oraciones".
Hijitos: Os amo y bendigo y saben
que Yo os escucho, mas os quiero decir que en vuestras oraciones os falta más
desprendimiento, que seréis aun más escuchados, siendo vuestra oración un
verdadero coloquio de amor conmigo; para llegar a esto debéis pensar a quién
estáis alabando, que no debéis repetir como un disco en el cual se grabó aquello
y que cuantas veces queráis, repite lo mismo.
Daos cuenta ya de la importancia
de la oración, sentidme presente, atento a lo que me decís, a lo que me pedís.
¡Poneos en Mi presencia verdaderamente!; dejad todo aquello que os estorbe, que
os perturbe, olvidando todo, levantando vuestro espíritu, dejando lo terreno que
os ata, sed sinceros teniendo humildad, reconociendo vuestras miserias, vuestra
nada, ¡Nada es más agradable a Mi Corazón, que un alma que al dirigirse a Mi,
reconozca su nada!.
Nunca será escuchada una oración
llena de soberbia y vanidad, mas os digo: no confundáis; la confianza sí es de
Mi agrado, esa confianza que mueve las fibras de Mi amante Corazón; porque
debéis pensar que soy Amor y Misericordia y que os escucho por más pecadores que
seáis, porque por eso estoy en los sagrarios, esperando pacientemente a las
almas que se acercan para tener este diálogo.
Estoy a vuestro lado siempre
solícito a vuestros llamados y que Mi Madre es el camino para llegar a este
diálogo, que siempre la nombréis y pidáis su auxilio y me ofrezcáis vuestras
oraciones, por medio de su Corazón Inmaculado, tened por seguro que vosotros
seréis escuchados.
Pedid al Espíritu Santo el fuego
para esta oración, porque todo el que pide en Mi nombre, será escuchado y todo
el que busca encontrará la Luz, la Verdad y la Vida Eterna, porque Yo soy el
Camino. Tomad vuestra cruz y seguidme llenos de regocijo, de amor, porque sois
hijos de la luz y luz debéis ser.
8 de marzo de 1978, 12:05
p.m.
Dictado por el Sagrado
Corazón.
Siervos del Divino
Amor