"Humildad".
Hija: Enséñate a conocer la
humildad, que cuando es verdadera, es grata a Mi Corazón; debéis tener cuidado
de que os nazca de lo más profundo de vuestro corazón, que esa humildad sea
reflejo de la sinceridad que debe tener todo aquel que desea Mi Amor.
Sois tan frágiles y podéis caer
con frecuencia en falsa humildad, porque al demonio le encanta haceros creer que
la tenéis, porque él es enemigo de esta virtud, porque por falta de ella, él
cayó en la soberbia y él trata de que sean muchas las almas las que caigan en
ella, porque él goza ver las almas llenas de la falsa humildad, que más bien
están llenas de soberbia disfrazada.
Y... ¡Ah Hija! Cuántos se engañan
y se creen dignos y muy santos y que ellos nunca pecan, que es exageración
pensar en un examen sincero consigo mismos, ¿y saben aún lo que la mayoría no
hace?: Es conocerse a sí mismos, porque según muchos, ellos se conocen; por
encima sí, porque Yo te aseguro, si se conocieran tal cual son, caerían muertos
de espanto al ver su pobre alma lacerada, agonizando de abandonada que la
tienen.
Es por eso que os pido: sed
sinceros, haced vuestro examen cada noche, como si supierais que esa noche vais
a morir; os aseguro que así os corregiríais. Hacedlo temblando de emoción,
porque así iréis conociendo la humildad, porque os daréis cuenta de lo enorme
que son vuestras faltas y la pequeñez que sois aun. Y que os duela haber
ofendido al que es Amor, al que os da la vida, al que os puede sorprender en
tantos pecados y arrojaros al abismo y que os da la oportunidad de que os
enmendéis, que os perdona cuando vosotros lo pedís, que estoy con Mi Corazón
esperando a cada uno para estrecharos en Mi Corazón y Mi Madre os
cuida.
14 de febrero de 1978, 11:30
a.m.
Sagrado Corazón de
Jesús.
Siervos del Divino
Amor
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