miércoles, 30 de mayo de 2012

LIBRO 2 No. 31 YO SOY COMO EL SOL

 

“Yo soy como el sol”.

 

 

SOL Y JESUS

 

 Hijitos: En verdad os digo, Yo soy como el sol, la luz que derrama Mi Corazón es para que donde hay tinieblas todo sea aclarado y penetre hasta el último rincón; donde sea amada esta luz, ahí estará.  Saben que os amo y Yo he sido el que os ha escogido, no vosotros a Mí; Mi Corazón es amor y este amor deseo que reine en todos Mis amados Hijos. 

 

Yo os pido que hagáis un acto de desagravio por estos actos de error y de ateísmo en que está vuestro mundo, hacedlo con amor y llevad a Mi Madre, que ella es la que os guiará a esta luz que su corazón siempre ha tenido. Os pido amor, siempre amor; sólo así os llenaréis de este amor.  Con humildad y sinceridad os llamaréis, Hijos, de Mi Padre que os da amor en cada momento, y todo lo que recibís es por este amor de Mi Padre, amadle, alabadle, adoradle.  Que los ángeles sean vuestros compañeros en estas adoraciones.  Mi Madre inclinó siempre su frente adorándolo.

 

Yo los amo y bendigo y digo: la verdad siempre será la luz, jamás la mentira.  Que la hipocresía jamás ocupe vuestros corazones.  Llenaos de fe y amor en esta voluntad que os pido me la entreguéis y viviendo en ella, me entreguéis todo, ya sin reservas, que así en vuestras alegrías y penas Yo seré el que las viviré y gozaré y sufriré con cada uno de ustedes. 

 

Llenaos de Mí, fortificaos con Mi carne y sangre que os doy en Mi Eucaristía, que es vida eterna y fuente inagotable de gracias y dones que tengo para todo aquel que me ofrece su corazón lleno de miserias y que Yo las tomo y las incendio en la inmensa hoguera que tengo aquí en Mi amante Corazón que os ama y os pide amor. 

 

Amad con Mi propio Corazón.

 

Mensaje recibido durante la junta mensual

15 de abril de 1978, 5:15 p.m.

Siervos del Divino Amor

miércoles, 23 de mayo de 2012

LIBRO 2 No. 30 ME DEJAÍS EPERANDO

 

"Me dejáis esperando".

 

 

JESUS TOCA A TU PUERTA

 

Hijita Mía:  Tú corazón es embriagado de este Mi Amor que abrasa y que es fuego ardentísimo, este amor que es alegría y mezcla de dolor; Así debe ser, alegría y dolor, que Yo os amo intensamente.  Tu sabes que al visitar a la enferma, a Mí me visitaron y disteis fortaleza, aliento para el dolor; en verdad os digo, que siempre que hagáis estas obras de caridad, lo hagáis en Mi nombre.

 

Anda, que Yo soy Amor y Misericordia, Yo soy el amor de los amores y Mi Corazón desea reinar en todos y cada uno de ustedes. 

 

Ya no me hagáis esperar, que siento que Mi Corazón se despedaza al ver que me dejáis esperando, como limosnero en la puerta; amáis a vuestros amigos, a todos vuestros parientes, mas a Mí me dejáis con lágrimas en los ojos, extendiendo Mis brazos y Mi Corazón palpitando de amor y mi dolor crece al ver el desdén, el olvido y el poco interés que tenéis por este corazón, que está herido de amor y como un enamorado os persigue e insiste en ser correspondido.

 

¡Cuán pocos son los que aceptan Mi Cruz, porque es pesada, según ellos! Mas os digo, si lo hiciereis con este amor, que Yo tengo en Mi Corazón, Mi yugo sería fácil, no os pesaría tanto vuestra cruz, la llevaríais con alegría y amor.  ¿Porqué, amados Míos, no volteáis vuestros ojos para ver Mi rostro que está bañado en sangre y que os mira con dulzura y con amor infinito?,  ¿Porqué preferís el camino torcido y no el Mío?,  ¿Qué no os dais cuenta que sólo la cruz es el camino?,  Ved bien, daos cuenta que es la luz, que es la verdad. 

 

Mi amor es paz, debéis tener confianza en Mi Amante Corazón, es Dios el que os lo dice que debéis tener oídos a Mi Evangelio, que debéis conocerme más, que os empapéis de Mí, que es urgente que seamos ya uno como lo es Mi Padre conmigo.  Os doy Mi Corazón, y…  ¿Cómo lo recibís?, con desconfianza, con frialdad, con temor.  No Hijitos, no hermanos, venid a Mí, os digo, que aquí estoy con Mis brazos abiertos, que en Mi encontraréis la verdadera felicidad, que son muchos los que ni viendo se me quieren entregar con amor, totalmente, completamente, no a medias, sino enteros, así Yo los quiero.

 

Yo los bendigo y Mi Madre que está a vuestro lado cuidándolos como a sus pequeños, como puede cuidar sólo una madre amorosísima, que con ternura cuidaría a sus Hijos.  Amadla y ensalzadla.

 

 

Estando en oración

6 de abril de 1978, 9:00 p.m.

Sagrado Corazón de Jesús.

Siervos del Divino Amor

miércoles, 16 de mayo de 2012

LIBRO 2 No. 29 HUMILDAD Y ENTREGA

 

"Humildad y entrega".

 

 

HUMILDAD DE JESUS

 

 

 

Hijitos: ¡Si conocierais este Don de Dios!, En verdad os digo, tendríais ya la gracia en vuestros corazones, pero vuestra soberbia os lo impide.  Sed humildes, este debe ser siempre vuestro deseo.  No debéis pensar en que sois gran cosa, siempre pensad que sois miseria y así llegaréis a encontraros consigo mismos, con sinceridad y os daréis cuenta qué poco valéis sin Mí.  Recordad que vuestro corazón ya unido al Mío es como tendrá mérito.  Ved vuestros pecados.

 

Aun muchos no pueden tener esta unión porque no dejan lo que los ata, lo que los esclaviza.  Cuántos me siguen, mas cuando llega el dolor, el sacrificio, dan media vuelta y se alejan y no piensan que es necesario amar más la cruz, abandonarse, estar dispuestos a la entrega total.  ¡Ay Hijos Míos, es tan fácil conocer Mi Don, alabando siempre y bendiciendo en cada momento a Mi Padre, que os llama con amorosos regalos!  ¿Acaso pensáis que todo mal no os será remediado? 

 

Queréis que el que está junto os entienda, recordad que Yo vine a traer contradicción, porque no todos tienen la luz que se os ha dado; pedidla vosotros, ya os lo dije, todo aquello que sea para vuestra salvación se os concederá, pero os hace falta más confianza, más abandono.  Fijaos en Mi Madre que siempre confió, ella aceptaba, fuera lo que fuera, la voluntad del Padre; ella estaba llena de alegría al dar su vida por la salvación de sus hermanos e Hijos; se entregó a pedazos con los hechos, con todo aquello que sea entrega. 

 

Las horas de oración que ofrezcáis por vuestros hermanos, máxime si lo hacéis en las horas de descanso, vuestras penas y dolores, vuestras alegrías y sacrificios, así podréis dar y ofrecer vuestra vida  ¡Cuánta necesidad hay de vuestra entrega!  Os digo el cómo hacerlo, diario, momento a momento, hora a hora; que todo sea grande tesoro y así vuestra vida sea holocausto para salvación.  ¿Veis qué fácil es la entrega y conocer el “Don de Dios?”  ¿Por qué os complicáis la vida?  ¿Por qué os angustiáis y vivís en odios y rencores?  Lo que más os he pedido: “amaos los unos a los otros” y que nunca os fijéis en vuestros hermanos, en sus defectos, porque podéis caer en error vosotros mismos.  Sed sencillos, sed humildes y que esa vanidad y perjuicios vanos los dejéis ya, que debéis amaros como hermanos, que vuestros corazones sean como los de los niños: puros, sin dobleces, ni odios, ni rencores.  Así es el Mío ¿No queréis ser como lo es: humilde, sencillo, manso?

 

Yo los bendigo y os doy Mi Corazón.  Llenaos de él, que es miel y que endulza y que es fuego y que sólo por él llegaréis a amaros como Yo os amo.

 

 

1º de abril de 1978, 10:00 a.m.

Sagrado Corazón de Jesús.

Siervos del Divino Amor

miércoles, 9 de mayo de 2012

LIBRO 2 No. 27 LA CRUZ ES EL SÍMBOLO DE NUESTRA REDENCIÓN

 

 

“La Cruz es el Símbolo de Nuestra Redención”.

 

 

CRUZ Y CIELO

 

¿Oh Hijitos, cuánto me habéis costado estando en mi cruz y en el momento de que me alzaron en lo alto quedó el símbolo de vuestra redención!  Aquí tenéis clavado Mi Corazón, que es la llave por la cual abriréis los cielos de los que sois herederos. 

 

Yo desde Mi Cruz bajé los ojos y viendo con amor infinito a mis verdugos pedí a mi Padre por su salvación.  Mi amor es infinito y pudo más el amor que la muerte.

 

Triunfó Mi Amor y así, por este Amor, os abrí la gloria.  Ved que el amor es necesario.  El que no tiene amor no le será abierta la puerta.

 

Ved bien este amor que es paz, que es gozo en el dolor.  Que siempre vuestro corazón desee tener más amor.  Inundad vuestro corazón de amor.  Amad a todos vuestros hermanos.  Estad dispuestos a dar vuestra vida por ellos.

 

Os digo, vi a mi Madre junto a la cruz y la hice vuestra Madre, como herencia le dejé a los pecadores.  Ved el amor misericordioso de mi Madre, que aceptó seguir sufriendo por vosotros, que ella sigue abogando por ustedes.

 

Yo, el que pude acabar con mis verdugos, los perdoné.  Así vosotros perdonad, sed indulgentes como lo es Mi Padre.

 

Decís que no sentí esa lanza que atravesó Mi Corazón, mas os digo: sí la sentí y fue grande Mi alegría porque por ella entraron muchas almas que se gozarían de estar en ese cielo que les daba ya en vida, que muchos serían salvados por las gracias que serían derramadas para la salvación de tantos ingratos porque, como a una madre, Yo acogería a mis hijos en el seno de Mi Corazón y los llenaría de fuego y gran amor. 

 

Entrad, recibid este amor que me ahoga y siento que mi agonía está  cerca y que es grande mi dolor ver que muchos me ofrecen sus espaldas en vez de su corazón.

 

Yo los bendigo y Mi Madre que esta a vuestro lado siempre amándolos mucho.

 

1978 Marzo 25, 3:00 PM

 Sagrado Corazón de Jesús.

Siervos del Divino Amor

miércoles, 2 de mayo de 2012

LIBRO 2 No. 26 GANAR EL CIELO PARA OTROS

 

"Ganarse el cielo".

 

 

CIELO1

 

Hijos:  Os pido reconocerme como lo hizo Dimas, estoy aquí con los brazos abiertos para estrecharos en Mi Corazón y os digo, si Dimas se robó el cielo para él, vosotros hacedlo para vuestros hermanos; que al expirar en la cruz vosotros, lo hagáis por los demás, que será más gloria dar la vida por vuestros amigos, que el que así obra será bendito de Mi Padre. 

 

Dejaos conducir dulcemente por Mi Madre, como Yo lo hice.  Ella aceptó Mi Vida en el vientre y ella me alimentó y robusteció para el sacrificio y llegar a conquistar la gloria para mis hermanos.  Deseaba ella que llegara este momento a pesar del dolor que sintiera.  Yo los amo y bendigo y Mi Madre que es vuestra. Refugiaos en ella, que con ella estaréis seguros porque es dulcísima y tiernísima Madre.

 

 

Viernes Santo, en el Seminario

24 de marzo de 1978, 3:45 p.m

Sagrado Corazón de Jesús

 Siervos del Divino Amor