“Jesús desea llenarnos de Amor, de Vida y de Luz”.
El alma es como la flor que debe estar siempre unida al tallo, como rama al árbol y no es que la flor sea más que el tallo, sino por el cual le llega la vida, como la rama desprendida del árbol muere y se seca. Así hija, siempre el alma debe estar unida a su Creador, a su Dueño, porque la vida Yo sólo la doy.
La luz viene y alumbra y lo que era tinieblas aurora es. Yo así llego a vosotros, dándoles gracias y dones, virtudes que se reflejan en vuestras vidas, llenándolos de la verdad, del amor que Yo sólo os doy.
Sois tan débiles, tan pobres sin Mi, que por esto en el comienzo de vuestra vida Yo, unido a esa alma, deseo con ansias llenaros de Amor, de Vida, de Luz, para que siendo uno solo gocéis de Mi Amor.
Yo sufro hija de ver cómo rechazan la bondad de Mi Corazón. Los hombres, cuántos, ¡ah, hija! desconocen Mi Amor, Mis Ternuras. ¡Qué pocos las prueban y se transforman en ellas! Y, así gozando de Mi Amor, pasan la vida clavados en la cruz. María, Mi Madre, es esa alma que, gozando, llevaba en sus brazos junto a su Corazón a Jesús Redentor, clavados, unidos en un solo Corazón.
1986 Noviembre 28, 4:30 PM.
Sagrado Corazón de Jesús
Siervos del Divino Amor
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