“El Espíritu Santo”.
Fuego ardiente es la unión, es la vida y con Él los dones de la santificación:
Padre e Hijo unidos por Él, pues es el fuego ardiente del amor, soplo divino por el cual el Verbo encarnó.
¿Quién se mueve hacia el Amor, sino sólo por el Espíritu Santo Paráclito consolador, lleno de fuego, que es verdad, que es vida, que es luz divina?
Que el Amor Divino esté con todos ustedes, hermanos míos, pues el que persevere llegará a obtener la corona en el cielo tan ansiado, pues vuestros corazones deben palpitar de amor y alegría de ser herederos de este cielo donde está la Santísima Trinidad.
Sigan en oración, pues con María al frente ¿quién os podrá vencer? ¡Ni hambres, ni pestes, ni odios, ni rencores! Todo será vencido con María la Reina, la que en su Corazón trae el Fuego Divino.
7 de junio, 1981
Señor San José
Siervos del Divino Amor
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