miércoles, 30 de abril de 2014

LIBRO 3 No. 35 SOBRE LA AGONÍA DE JESÚS, POR MARÍA.

 

"Sobre la agonía de Jesús, por María".

 

JESUS SE ENCUENTRA CON SU MADRE

 

Es verdad que Yo agonicé en Getsemaní, en ese lugar Yo acostumbraba hacer oración, y ahí fue la última que hice antes de ser entregado.

Yo estaba cierto de la ingratitud del hombre, mas con todo Yo deseaba, ansiaba dar mi vida por rescatarlos, y así les abriría la puerta cerrada, para llegar a mi Padre al cual Yo amo, y deseando todo esto me ofrecí a Mí Padre, como víctima por cada uno.

Cuando comenzó esta agonía, veía a María Mi Madre, Mi Dulce Madre aceptando unida a Mi esta ofrenda, la veía al correr de los tiempos, como por millones de hombres sería ultrajada con gran fiereza, porque el demonio se ensañaría con ella, que siendo ella por la cual entró la luz y se rompieron las tinieblas, cuando ella pronunció el sí a su maternidad divina, el infierno mismo se volcaría como dragón rugiente para hacer que los hombres en vez de bendecirla, la aborrecieran.

Cuántos hijos que recibieron en el bautismo el sello de hijos míos, de hermanos, y herederos de Mí Gloria, se mofarían cegados por Satanás, de María Mi Madre, por todo esto Yo agonizaba, de ver que almas que eran mías, se pasarían a las filas de mis enemigos, y blasfemando de la virginidad de María, se irían al abismo una eternidad.

¡Qué dolor sentía Mi Corazón de ver tanta ingratitud del hombre hacia mi madre, que yo os había dado sin merecer! ¡Cuánto amor y dulzura os habría dado! Os aseguro que aquellos que la han ultrajado y despreciado, si alguno pidiera perdón, María Mi Madre os habría perdonado y os habría estrechado en su regazo como a Mi me estrechó.

¡Ah que pena siento de ver, que en vez de pedir perdón, no solo la olvidan, sino que con sarcasmo la mancillan! Esos que nunca jamás sentirán las dulzuras, las mieles que tiene su corazón.

Yo les aseguro que el que ama a María, es predestinado a tener en su muerte, mi compañía, la de Ella y la de José, asegurando su salvación.

3 de Marzo de 1990.

Sagrado Corazón de Jesús

Siervos del Divino Amor

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