“Todos son llamados a ser santos”.
Hermanos son y Yo les aseguro que, si quieren, serán Santos. Es verdad que el camino, según la entrega de su corazón, así lo sentirán y verán en ocasiones parece que el camino está lleno de niebla y no se distingue, mas el que aclara todo y lo hace todo luz es el Espíritu Santo.
El que retrocede, después siente la amargura de no ser constante, pero esto desde el llamado que hace Jesús en el corazón, se debe hacer oración porque el enemigo no duerme y cuando esa alma dará mucho fruto será más atacada. Vean y verán qué bueno es el Señor, que ha puesto los ojos en ustedes, que los ha preferido más que otros mejores. Yo les digo, el darse cuesta más, el recibir es gozo y, si no hay esa donación, no se recibe. El gozo son las almas salvadas por esa entrega, por ese sí.
Hermanos, muchos son los llamados y pocos los que perseveran porque no han alimentado la esperanza que, a pesar de la pequeñez y de la nada, los ama el Señor. Todos son llamados para ser santos dentro o fuera del Convento, sólo que tienen la ventaja que estarán más cerca y más seguros en el Convento que en el mundo, mas les aseguro que todos deben anhelar ser santos, pues para eso les dio la vida el Señor.
Oren, oren mucho, nunca abandonen la oración, pues dentro o fuera, la oración los ayudará a ser santos, como lo es nuestro Dios.
12,45 p.m., 15 de octubre, 2003
Santa Teresa de Jesús
Siervos del Divino Amor
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