miércoles, 21 de enero de 2015

LIBRO 3 No. 73 HABLAR DE LA MISERICORDIA ES HABLAR DE DIOS

 

“Hablar de la Misericordia es hablar de Dios”.

 

COMPASIVO PADRE

 

Sed Misericordiosos como vuestro Padre del cielo es Misericordioso, y tanto es su amor hacia el pecador que quiso que su Único Hijo diera su vida por cada uno.

Y así os dio la muestra más grande de esa Misericordia, por esto Yo Soy el Camino, La Verdad y La Vida Eterna. Y no tanto son los sacrificios y las ofrendas las que agradan al Padre, sino ese corazón arrepentido y que practique la Misericordia con sus hermanos.

Vean y verán que bueno es vuestro Padre que hace salir el sol para buenos y malos, que manda el viento para que las semillas se rieguen y esparzan y cómo manda la lluvia para que germine la tierra y así halla frutos. Pues así es Mi Palabra que viene y cae en tierra fértil y da fruto o cae en tierra estéril y no hay ese fruto.

La Palabra es vida y el que la escucha hace los efectos según el corazón esté dispuesto para escucharla y retenerla y así dar los frutos que el Padre de Misericordia desea: “sed perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto” sólo lo logra aquel que recibe la Palabra y la pone en práctica en su vida.

Si el Padre es santo, santo debe ser el hijo, y ¿cómo serlo?: teniendo amor en su corazón, y que todo sea misericordia.

El día viene y viene la noche, el día es luz y la noche oscura para aquél que no ha recibido la Luz, vivirá en oscuridad.

La misericordia consiste en darse en olvidarse de sí, para poder entregar el corazón completo, con ese convencimiento de que vuestro Padre es Misericordia y mientras tenga vida esa Misericordia estará esperándolos, hasta el último momento de vuestra vida, esa Misericordia os aguarda pacientemente y día con día os lo demuestra en cada momento dando oportunidad para practicarla.

Es tiempo de que el corazón duro y frío del hombre cambie y su corazón sea cambiado por uno de carne y que sus actos sean sólo de amor, de caridad.

María es un ejemplo a seguir, ella dio también a su único hijo, en rescate del pecador, teniendo ella su corazón semejante en la Misericordia al Padre Celestial.

Yo les bendigo.

 

7 de marzo 2002 a las 11:10 AM.

Sagrado Corazón de Jesús.

Siervos del Divino Amor

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