miércoles, 8 de enero de 2014

LIBRO 3 No. 19 UNIÓN FRATERNA

 

“Unión Fraterna”.

 

UNIDAD CRISTIANA

 

Hijitos míos, sangra mi Corazón, que es amorosísimo, tiernísimo y misericordiosísimo, de ver que no os amáis como hermanos.

¿Veis a un Padre que sufre de ver ese desamor entre sus hijos y de ver que no hay esa unión de corazones, de entendimientos, de voluntades? Pues así, con mayor razón, mi Corazón sufre de ver que esta familia que Yo trato de unir, de formar con mi propia sangre, con mi carne que es recibida por vuestros corazones, ya deberían de estar tan unidos conmigo que, al estarlo, así también lo deberían estar entre vosotros mismos. Lo uno sea de todos y lo de todos para uno.

¿Qué no os doy Yo ejemplo? Yo no limito mi amor a nadie, os lo doy todo por igual, como el sol sale para todos, buenos y malos. Yo no me pongo a pensar en vuestros defectos y maldades. Yo sólo os veo con ojos de amor, pues Yo os amo desde la eternidad. Aún sabiendo vuestras miserias, Yo os entrego mi Corazón. Entonces, ¿por qué vosotros os detenéis primero a ver los defectos de los demás y, si os caen bien, los aceptáis y, si os caen mal, los rechazáis o les sonreís con hipocresía. No, hijos míos, Yo soy Jesús, aquél que contestó cuando le preguntaron que me buscaba mi Madre y mis hermanos: “todo aquél que ama la voluntad de mi Padre ése es mi hermano, ésa es mi Madre”. Luego entonces debéis entender bien. Tenéis ojos y no veis, tenéis oídos y no oís. Que el que oiga entienda y el que ve, crea, porque la gran familia de Dios, el pueblo escogido, son aquellos que reconocieron al Hijo de Dios y amaron la voluntad del Padre y la cumplieron con amor. ¿Por qué teniendo algunos de sobra, no dan al menesteroso? ¿Por qué, si decís que amáis a Dios, mentís, si no amáis a vuestros hermanos? Si todo está al servicio de Dios, ¿no debe estar al del hermano necesitado?

11:00 PM., 26 de febrero de 1981

Sagrado Corazón de Jesús

Siervos del Divino Amor

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