miércoles, 10 de julio de 2013

LIBRO 2 No. 89 FRATERNIDAD SINCERA

 

“Fraternidad Sincera”.

 

HERMANOS

 

Hija este domingo quiero que mediten sobre la fraternidad sincera, porque aún no saben practicarla.

Dicen que me aman a Mí y no saben amar a sus hermanos. Dicen amar a sus hermanos, cuando están cerca fingen caridad y no es verdadera.

Y para que el amor sea verdadero se debe demostrar con hechos siempre, con amabilidad, con paciencia, constancia, no ahora y mañana no, sino siempre sea el mismo amor.

Por esto Yo le he pedido ámense como Yo les amo y como Yo les amo es dispensando, perdonando, olvidando vuestras ofensas, aún de los que más me ofenden.

Saben bien que Yo perdono y olvido, por esto Mi Amor es siempre el mismo. Aprendan de mi Corazón que es manso y humilde.

Vean como aún ustedes no han sabido amar como Yo les amo.

Demuéstrense ese amor preocupándose por los demás, no sólo por sus problemas, por sus enfermedades, porque no tienen trabajo, sino estar pendiente de lo que acontece al hermano, al vecino,  al amigo, al enemigo.

Sean sinceros primero con ustedes, reconociendo su falta de caridad, dense la oportunidad de crecer en el amor viviéndolo, dándolo, aún la misma vida por los demás, porque no hay mayor amor que aquél que da la vida por sus hermanos.

Están en tiempos de pruebas, recuérdenlo, y si no los aprovechan de nada servirán.

Yo también tuve que pasar tentaciones cuando el demonio me quiso hacer caer en sus sugerencias, mas Yo lo rechacé, porque si no desea uno, no puede contra la Gracia. Así ustedes tienen esa Gracia que Soy Yo en sus corazones si se llegan a dar cuenta, por esto Yo les pido sean conscientes de que a Mí me tienen y conmigo todo lo pueden.

Sean generosos consigo mismos, preocupándose, no por las cosas materiales, que eso se quedará, mejor preocúpense por las cosas eternas, por aquello que les dejará frutos para alcanzar el cielo prometido.

Yo Soy vuestro Padre Amoroso y bueno que sólo vuestro bien deseo, para cada uno, y saben bien que para Mi nada está oculto, por esto Yo los llamo y les toco su corazón, para que ya en ustedes exista una conversión verdadera, porque Yo les iré llamando a cada uno y no deseo que se pierda ninguno, porque sois míos y por lo tanto deseo que sean santos porque os lo vuelvo a decir: Para ser santos Yo les he dado la vida.

El que da amor en mi nombre ese me tiene a Mi y Yo permanezco en él y así gozará plenamente de Mi Amor.

Que María y los santos sean ese ejemplo de sinceridad, de entrega, de Amor.

Yo les bendigo.

Retiro Laicos en Tacuba

9:00 a.m. 21 de febrero de 1999

Sagrado Corazón de Jesús

Siervos del Divino Amor

No hay comentarios:

Publicar un comentario