“La Castidad y la Modestia”.
La Castidad: Es tan agradable a Dios que la pureza de María es el perfume que da la gloria a Dios.
Castidad del cuerpo y del alma: El que practica esta virtud se fortalece cuando lo hace para agradar a Dios.
Castidad del alma: Es frecuente que cuando alguien piensa en la castidad cree que con no llegar a cometer ningún acto de ella corporalmente, que ha logrado avanzar en esta virtud y que erróneo es este pensamiento, porque la castidad, la pureza es primero en el corazón, teniendo limpio el pensamiento, esquivando todo lo que sea pensamientos, miradas, curiosidades aceptadas. No es sólo tratando de huir de las ocasiones peligrosas, y con las cuales se ofende mas al Señor que muchas veces con los mismo actos.
Cuidar los ojos, los oídos, el pensamiento que capta todo y acepta con agrado, y se mancha el alma que es tan delicada como un espejo, que con el respirar cerca se nubla; así es el alma con la pureza de corazón.
Con el cuerpo se debe cuidar, recordando que es templo del Espíritu Santo y que el que no lo respeta, corre peligro grave de perderse, porque cuando se mancha el cuerpo, aceptando los apetitos desordenados, se flagela el cuerpo de Jesús, porque sus azotes en su cuerpo purísimo fueron dados por todos aquellos impuros que no sabían respetar su cuerpo.
Así deben estar pendientes los que desean la perfección, los que hacen votos como los sacerdotes y las religiosas, que el que sabe rehuir de las ocasiones de este pecado pidiendo el auxilio de María lo tendrán.
La Modestia: En la Mujer, respecto a esta virtud ayudará para que ella no sirva de tentación en su modo de vestir, porque si permite ser escándalo en la tentación a cuantos la miren y ellos pecaron por su causa, ella tendría que dar cuentas.
A Sacerdotes: a cuantos permiten que se les acerquen jóvenes que sin ningún recato los abrazan o besan en las mejillas, dizque en saludos que provocan la concupiscencia, que el enemigo aprovecha para perderlos, recuerden que a la víbora se le corta la cabeza de un tajo sin dejarla actuar, o sea que cuando una amistad ya es demasiado cercana y se vuelve indispensable y si siente no poder estar lejos de ella, de inmediato se debe dejar sin ningún miramiento, porque no deben exponer su alma en el fuego de las pasiones humanas, puede arder.
La pureza engrandece el amor y lo hace grato a los ojos de Dios, el que lo alcanza, alcanza la salvación.
1990 Febrero 14
Inspiración de la Señora Ernestina.
Siervos del Divino Amor