“Pentecostés”.
Hijitos Míos: Llenaos de fuego, de este fuego que sólo el Espíritu Santo os llenará. Él es el que os mueve, el que os da la gracia para entender este gran amor, el amor hecho fuego ardentísimo, que hace que los corazones ardan.
Este fuego lo tengo en Mi Amante Corazón y en él habita el Espíritu Santo y estamos tan unidos como Mi Padre, que formamos como un remolino de ardiente fuego, que arrasamos todo y que todo aquello que se resiste a este fuego, será calcinado, arrebatado; que es tan fuerte este fuego, que es amor y misericordia, que sólo recibiendo este fuego, recibirán la luz para entender claramente todo lo que el amor desea de cada uno de vosotros.
Llenaos de alegría y júbilo porque sois templos vivos del Espíritu Santo y de la Santísima Trinidad. ¿Os dais cuenta qué urgente es que recibáis este fuego, que no lo rechacéis, que es necesario que os deis cuenta lo que quiere decir fuego para vuestras almas? Llenaos de él, para que seáis portadores de este fuego para vuestros hermanos que no conocen, que rechazan, que no quieren saber de este fuego.
Sed vosotros los instrumentos para llenar de fuego a vuestros hermanos fríos y tibios por este fuego de amor y misericordia. Os pido: sed apóstoles de fuego, sólo recibiendo este fuego que mueve, que santifica, lo lograréis.
Yo los bendigo y Mi Madre que está inundada de este fuego y que fue la primera en recibir este fuego del amado esposo, el Espíritu Santo, dador de vida y fuego.
Yo os pido, que por medio de este fuego, recibáis el Reino de Mi Padre, que es fuego y luz para todas las almas que desean este fuego ardentísimo; es como el fuego abrasador y que calcinará a los corazones por el inmenso amor y misericordia.
Velada en el Sagrario del Señor del Claustro en Tacuba.
14 de mayo de 1978, 1:10 a.m.
Sagrado Corazón de Jesús
Siervos del Divino Amor
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