“Que nuestra Conversión sea Sincera”.
Hijitos, ¿Qué os pasa? ¿Por qué
no pensáis en mi Amor? Saben que os está sucediendo lo que les pasó a mis
Apóstoles, que al tenerme cerca y escuchar mi palabra, lo veían tan natural, que
no se daban cuenta de que era Yo, el Mesías, el que estaba a su lado, y que me
veían y me oían con toda naturalidad.
Os digo que en vuestros corazones
no entren en la rutina, que meditéis en vuestros corazones mis palabras y os
debéis ya de dar cuenta que os pido cambio en vosotros. Que vuestra conversión
sea verdadera, que sea como mi hijo Pablo, que al ver la luz sea para no estar
en tinieblas y poner en práctica todo lo que os he dicho.
Pensad en que tenéis más
compromiso con mi Corazón, que es necesario las obras, la práctica de mis
mandamientos, que al deciros: “Amarás a tu Dios con todas tus fuerzas, con todo
tu ser, más que a ti mismo”, Yo os pido el amor completo, el renunciamiento
propio. Esto no es nuevo, os lo he pedido hace muchos años y seguís como si
nunca hubierais conocido todas estas cosas que son para vuestra salvación, que
al deciros: “Amaos como hermanos”, os digo como Yo los amo.
Mi Amor no es falso, ni tiene
otros intereses que veros felices y que os deseo todo lo mejor. Mi Amor es
disimular, es siempre perdón y nunca odio ni rencor y os lo demostré dando mi
Vida, mi Sangre gota a gota por todos, buenos y malos. Sed sinceros os lo vuelvo
a decir, no me gustan las hipocresías.
No deseo que ustedes sean
sepulcros blanqueados, que Yo deseo reinar absolutamente en cada corazón, a
medias jamás podré reinar, ¿por qué sois tibios? ¿Por qué me rechazáis si soy
Amor? Os lo digo y siempre os lo diré y que sólo en Mí encontraréis la
felicidad, la paz, la verdad que tanto os afanáis en encontrar en otras cosas
que no sea mi Amor.
Yo los bendigo y mi Madre, que
Ella siempre con sencillez y humildad os demostró ese amor. Que a pesar de verme
a Mí, su hijo, escarnecido, aborrecido hasta la muerte, Ella en su corazón jamás
permitió un solo momento el odio, el rencor, sino el amor y la misericordia.
Amaos ya con ese amor, uníos ya
al Mío, que por sí solos jamás lograréis tener este Amor, que es como el agua
cristalina que brota del manantial y riega y canta al correr de alegría, porque
sirve para saciar la sed del sediento y sirve para fecundizar y para dar frutos,
y frutos eternos, así es la fuente de vida eterna, la que tengo en mi
Corazón.
Sed vosotros riachuelos que
salgan de este manantial, ved mi Corazón que arde y siento que me quema por este
amor mal correspondido, os amo tanto hijitos, que deseo estrecharos y
consumirlos con este mi Amor, mas os resistís a todas las gracias y
dones.
¡Ah, cuánto los acaricio! Los amo
y les demuestro mi Amor con alegrías en su corazón, teniendo mis gracias,
sabiendo mis amores, y he hecho estremecer sus almas con el contacto de este mi
Amor, y me vuelven la espalda y prefieren aquello que es su
perdición.
Ved vosotros mi sufrir y mi
desengaño, mi tristeza es grande, el ver estos hijos ingratos por los cuales di
mi Vida.
Rezad y estad vigilantes porque
estoy cerca y muchos de mis propios escogidos están siendo confundidos, el
enemigo es sagaz y no duerme, vosotros con oración debéis estar en vigilia
constante, Yo estoy a vuestro lado y mi Madre, que es la que os llevará a esta
fuente de Amor y Misericordia.
1978 Enero 26, 9:00 PM
Sagrado Corazón de Jesús
Siervos del Divino
Amor