miércoles, 25 de septiembre de 2013

LIBRO 2 No. 100 LLEGÓ EL MOMENTO DEL NACIMIENTO DE JESÚS

 

“Llegó el momento del Nacimiento de Jesús”

 

NAVIDAD DE JESUS

 

Los momentos se acercaban de la venida de Jesús, José y María tenían que mostrar esa obediencia, esa sumisión, cumpliendo los mandatos de aquel entonces, de ir a empadronarse en esos momentos tan difíciles, penosos por el estado de María que estaba encinta y que no obstante tendría que viajar, José lo sabría y con gran pesar emprendieron ese peregrinar, al llegar, se encuentran con desprecios, sin alojamiento, porque según todo ya estaba ocupado.

Y así se llegó el momento y no tenían lugar más que en un pesebre, en un lugar de lo más pobre y despreciado por todos aquellos que nunca imaginarían que el Dios, el hijo del Altísimo se abajara a tanta pobreza y humillación de nacer en un lugar habitado por los animales, las bestias del corral, mal oliente y sin ninguna comodidad, para enseñarnos la pobreza.

Tema Doctrinal, la Anunciación

Siervos del Divino Amor

miércoles, 18 de septiembre de 2013

LIBRO 2 No. 99 JESÚS A UN ALMA

 

“Jesús a un alma”.

 

REFUGIO JESUS

 

Sabes que Yo te amo, que te espero en el sagrario, donde me encuentro paciente, esperándote.

Yo te veo recorrer las calles con prisa y no dejas para Mi, ni un momento, deteniéndote en esa carrera hacia lo que te impide decirme que me amas, si tan sólo tú entraras un momento y me dijeras que me amas, no sabes cuantas gracias recibirías de Mi, que estoy en Mi Trono esperando una limosna de tu Amor, ahí junto con María Mi Madre, acércate y verás que jamás te arrepentirás, porque Yo te llenaré de gracias y dones para tu salvación y la de muchos.

Acércate a Mi Corazón.

Sagrado Corazón de Jesús

Siervos del Divino Amor

miércoles, 11 de septiembre de 2013

LIBRO 2 No. 98 DIOS Y MARÍA

 

“Dios y María”.

 

MARÍA REINA

 

 

El 12 de Diciembre y el 13 de Mayo se digno el Padre conceder al género humano que la Madre de Dios bajara mostrándose a almas cándidas; y como toda Madre corrió presurosa poniéndose frente al abismo para proteger a sus hijos.

Al concebir María a Jesucristo como hombre, concibió la Madre al género humano, pues Jesús siendo hijo de Dios nos hermanaba con Él, tomando materia humana: sangre, carne, con las cuales María cooperó para que la Palabra de Dios se hiciera hombre.

Cuando Jesús comenzó a ser formado en las purísimas entrañas de María, allí ella se llenaba de todas las gracias que de Dios venían y estando ya ese claustro preparado dé antemano con la pureza intachable, por la humildad, por todas las gracias y dones de que ya estaba dotada, María se convirtió en la Madre de Dios, alcanzando del Altísimo la admiración, el amor y las complacencias para que así ella la Madre única, verdadera, inmaculada fuera la Madre de Dios y Madre del hombre. Jamás se cansarán los ángeles, los cielos y todo el universo de alabar los glorias de María.

María está llena de las mieles del Corazón de Jesús, del Amor de Jesús, de la caridad de Jesús, es la estrella reluciente por la cual el viajero encuentra el camino, pues su luz disipa las tinieblas, es el puente para llegar a Jesús, María.

Escrito por la Sra. Ernestina León Valdés

Siervos del Divino Amor

miércoles, 4 de septiembre de 2013

LIBRO 2 No. 97 CON TANTAS DULZURAS Y TERNURAS DE MARÍA Y JESÚS.

 

"Con tantas dulzuras y ternuras de María y Jesús".

 

SAGRADA FAMILIA DE MURILLO

 

Mira hija, yo José como esposo, siempre todos piensan que pude haber sido de gran mando y exigente.

Sabes, que yo jamás alce la voz a María, a Jesús; ellos acudían a mí siempre, preguntando, adelantándose, para darme ese lugar y siempre contestaba sonriendo jamás iracundo ni creyéndome el señor.

Yo sabía que Jesús era hijo de Dios y María, la escogida y los amaba tanto, que yo me sentía indigno de tan gran cargo; mas nunca se desconoció entre ellos mi paternidad ni autoridad de la cual yo jamás abuse ni nunca grite ni quise aprovecharme de los méritos de Jesús ante el Padre para pedirle cosas que me engrandecieran; lo único que hice ante ellos fue amarlos con todas mis fuerzas y con toda humildad, pero era tan grande el amor y la comprensión que nos tuvimos que con solo la mirada nos entendíamos; jamás discutimos.

Una cosa: jamás nuestros pensamientos estaban tan de acuerdo, que todo era felicidad y amor; aun en las pruebas, en aquello que era doloroso sentíamos la paz y jamás desconfiábamos uno del otro; éramos como eslabones que unidos en los corazones con una sola mirada nos entendíamos .

Jesús era como todo niño cuando pequeño: dulce siempre, amable y travieso; pero sus travesuras eran tan graciosas que nunca provoco disgusto o reprensiones; eran tan blancas sus travesuras que a mí me gustaban por que nos hacia sonreír a María y a mí.

Cuando en su sabiduría nos explicaba ciertas cosas, lo hacía con un candor, con un encanto que hacía que nuestros corazones ardieran de amor. Cuando tenía dos años y caminaba ya, aunque tropezaba todavía, porque él deseaba correr, sobre todo para venir a mi encuentro, se soltaba de María y corría para estrecharme con sus blancas manitas, sus ojos brillaban de alegría.

Al verme llegar, nuestros corazones latían y María también corría y me estrechaba en sus brazos; con esa ternura que siempre ha tenido María, me sonreía y yo me sentía tan feliz que mi cansancio y fatiga se mitigaban con tantas dulzuras y ternuras de María y Jesús.

Cuantas veces llegaba yo triste, sí, porque el trabajo que entregaba no se me había pagado y llegaba con las manos vacías para sustentarlos a ellos y yo me sentía tan pobre ...mas María me guiñaba el ojo y me decía: anda no te aflijas que estamos felices todos y me hacia sonreír y olvidar mi fracaso.

 

11 de septiembre de 1979 - 10 :15 p.m.

San José

Siervos del Divino Amor