LAS BIENAVENTURANZAS.
21 de Septiembre 1996.
Dictado por el Sagrado Corazón.
BIENAVENTURADOS LOS POBRES DE ESPIRITU.
Las Bienaventuranzas son gracias especiales que por la correspondencia hacia Dios son dadas.
Porque fuiste sencillo, porque tu corazón jamás se ha apegado a nada, ni a nadie, por eso bendito de mi Padre, ven a gozar de mi Reino.
Bienaventurado es aquel que teniendo supo dar sin escatimar, dichoso porque su corazón jamás vio los bienes como propiedad exclusiva, porque Dios le dio en abundancia y supo como buen administrador compartir con el pobre, el hambriento, con aquel que aun trabajando pasa hambre, que teniendo el mismo amor y sentir Mío todo lo dio por amor.
La pobreza que Yo vine a enseñar, no sólo es sobre lo material, pues el Hijo del Hombre se hizo pobre porque no tenía casa ni donde reclinar su cabeza.
Amar la pobreza es aceptarme a Mi. Pobre nací y pobre morí, nací desnudo y desnudo morí en la Cruz. Vine, sobre todo con mi ejemplo, a enseñarles la pobreza de espíritu, les enseñé que su espíritu ame lo espiritual, puesto que Yo le di esa vida a esa alma, que es lo más importante, el hombre razona como humano materialista y todo lo ve en esa forma, mas lo sublime, lo exquisito de entender ,de vivir esa vida sobrenatural , solo la viven aquellos pobres de espíritu que con mi sabiduría la viven, la entienden, sin detenerse en lo material y así su espíritu puede elevarse a lo divino, con la gran sencillez, sin vanagloriarse, sin escandalizarse y sabiendo darlo todo a los demás con mi mismo sentir y amor.
BIENAVENTURADOS LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE JUSTICIA.
Mi Corazón es justo y por esto el vuestro debe ser así. Por esto, que al ver las injusticias que se cometen con los más débiles, con los pobres, con aquellos desprotegidos, aquel que me tiene en su corazón, no puede, ni debe soportar la injusticia. ¿ Cómo la remediarán ? de muchas formas : en oración, actuando, practicando la caridad, el que tiene hambre, no sólo del alimento, sino de la justicia, de tanta opresión , de tanta soberbia, y que encontrando en Mi la fortaleza para dársela a los demás, la esperanza, la paciencia, corresponderá a esta bienaventuranza, y Yo le diré : ven a Mi, porque serán hartos, porque fueron justos, practicando con rectitud, con verdadera perfección y llegar a esa santidad. Que siendo empujados por el Espíritu Santo a ser generosos y por esto con Mi corazón misericordioso ,son ellos bienaventurados, porque han sabido amar Mi voluntad. Sean perfectos , les he dicho, como el Padre celestial lo es y en esa sed de almas, que sólo por la justicia, por el ejemplo lograrán ser instrumentos verdaderos para darme gloria.
María en medio de su entrega, en ese Sí dio ese ejemplo en consumirse sin reposo alguno en ser ardiente en esa sed por la salvación.
Bienaventurados los hambrientos y sedientos por la justicia porque ello serán hartos.
BIENAVENTURADOS LOS MANSOS.
Esto os hará crecer en la piedad, en la solicitud, en el servicio para todos por igual, teniendo Mi paciencia, y Yo les aseguro que tendréis, si se unen a Mi, esa fortaleza, para aquellos momentos de prueba, de ingratitudes, de desengaños, de contrariedades. En la vida cotidiana tendrán, unos de una forma, otros de otra, más todos tendrán momentos difíciles, más si en verdad, tienen esa unión Conmigo, tendrán con paz y acierto que pasar y entonces lo amargo será dulzura, lo áspero placentero, lo difícil, con esa paciencia, tolerancia y así seréis semejantes a Mí Corazón, Mansos y Humildes.
Buena falta está haciendo ahorita esa paz que sólo Yo les podré dar. María con esa paciencia y mansedumbre obedeció a José , en Ella había esa paz, esa alegría , en medio de los sinsabores amar con gozo la voluntad divina.
Bienaventurados los mansos porque ellos poseerán la tierra, porque han sabido tener dominio de si mismos y me dan gloria.
BIENAVENTURADOS LOS MISERICORDIOSOS.
Aquí es necesario ese abandono, esa entrega, ese olvido de si mismo para dar amor. La misericordia os la muestra Mi Padre enviando a su Hijo Unico, para salvarlos de la muerte eterna, y así El les enseña a ser misericordiosos a cada uno para que vuestro corazón sea misericordioso, como vuestro Padre celestial lo es con ustedes. Y así llenándose de ese amor, que sólo lo encuentran en Mi Corazón, se amen como Yo los amo.
Sed misericordiosos sabiendo perdonar como son perdonados, viendo que ninguno es mas que el otro hermano ; que si tenéis algo es porque Yo he deseado dároslo y quien sois para juzgar, para pensar mal de los demás, recuerden que nada son , ni nada pueden sin Mi.
Es por esto que la misericordia es lo que mas debe haber en vuestro corazón, porque me tendréis a Mi y Yo permaneceré en ustedes y ustedes en Mi. Por esto es un mandamiento : se amarán unos a los otros con el mismo amor con que Yo los amo, y así como Mi padre me ama a Mi, así El los ama a cada uno. Por esto no veáis vuestro defectos, no os critiquéis no queráis ser los primeros, ni piensen que sois sabios, mas bien sean humildes, descubriendo que si algo tenéis y sabéis, es por mi Misericordia, por esto el más pequeño, el que sea como niño ese entrará a mi Reino.
BIENAVENTURADOS LOS QUE LLORAN.
Aquellos que en medio de las tinieblas encuentran la luz y al darse cuenta del tiempo perdido lloran arrepentidos, por no haber aprovechado, por tantas veces haber caído en el mismo pecado, cometiendo el mismo error.
Recuerden que en el cielo hay fiesta por un pecador arrepentido que llorando ha pedido perdón, aquella alma errante que cree haber estado en la verdad y sin embargo por mi misericordia le hago ver su error y se arrepiente y se da cuenta de su equivocación . De estas almas hay muchas que creen estar ya casi en los umbrales del cielo y que se cruzan de brazos esperando su premio y que nunca han sabido lo que es un arrepentimiento verdadero de sus culpas, que jamás se han considerado culpables de nada y que se creen santos, a ellos Yo deseo decirles que despierten de ese sueño, que se den cuenta y que lloren sus culpas, para que así verdaderamente en la humildad, reconozcan sus miserias y alcancen ese perdón con sus lágrimas sinceras que brotan del corazón en esta vida en la cual están expuestos a las tentaciones y miles de peligros. Nadie puede decir que no ha caído, como cuando a la mujer adúltera deseaban apedrear y Yo les dije : el que esté libre de culpa que arroje la primera piedra.
Así os digo : lloren, lloren vuestras culpas, porque Bienaventurados los que lloran porque serán consolados.
María siendo inocente ha llorado por ustedes de ver la dureza de corazón , porque esta bienaventuranza sólo la alcanzan con la Sabiduría de Dios.
BIENAVENTURADOS LOS LIMPIOS DE CORAZON.
Cuando un alma me busca de verdad, lo primero que le pido es despojarse de todo. Yo deseo entrar en su corazón sin ningún amor que no sea el Mío. ¡ Cuántos dicen amarme ! , cuántos me lo dicen muchas veces y no es así, porque cuando Yo les pido dejen aquellos afectos terrenales se niegan, se disculpan ; cuantos estando ya a un paso para ser santos, prefieren los amores, los inquietan sus parientes, sus bienes o sus placeres y no dejan que su corazón sea Mío como el Mío es de ellos ; a pedazos me lo entregan y dicen que me aman, desean ser santos mas no dejan que Yo ocupe todo, que Yo sea el que los santifique a mi manera. Los limpios de corazón, que son hermoseados por la pureza, por la candidez, en esa limpieza Yo me extasío, como en el Corazón de María.
BIENAVENTURADOS LOS PACIFICOS.
Bienaventurados lo pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Deben entender las almas que desean tener esa paz que sólo el hombre pacífico puede tener, porque es tan grande la unión de esa alma Conmigo que todo lo contempla según Mi criterio, así con esa dulzura, con ese deseo de estar viviendo con todos en el amor, en la armonía, en esa unión por la cual Yo he venido al mundo.
El hombre pacífico no gusta de las discusiones, es enemigo de la guerra, es dócil, es servicial y esa paz que tiene en su corazón hace que se refleje a los demás, que los contagie de esa paz y además hace que la deseen, por esto su semejanza a Mi es mayor y se distinguen porque así proclaman con su imagen que son los verdaderos hijos de Dios.
El hombre violento, claridoso, enojón, no puede darme a los demás, porque es todo lo contrario de Mi Imagen.
Sean pacientes, conscientes, amables, bondadosos, misericordiosos como vuestro Padre celestial lo es. Dichosos son los que practican la mansedumbre, porque ellos no se escandalizan y son fáciles de esta unión íntima con Mi Corazón. Hombres pacíficos que con mi gracia alcanzan la gracia plena de la santidad. Estar junto a un alma que gusta de lo espiritual, de lo divino, por esto son llamados mis hijos. María con su amor, candidez y bondad es bienaventurada porque Ella supo lo que es la entrega total, porque supo esconder su Yo para que Yo pudiera nacer, para así ser digna de ser Hija y Madre del Hijo de Dios. Y Mi Padre les dijo : este es Mi Hijo muy amado en quien tengo mis complacencias.
BIENAVENTURADOS LOS QUE SUFREN PERSECUCION POR CAUSA DE LA JUSTICIA PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS.
Los amo tanto que con Mi vida les conquisté el cielo y por la Cruz llegó esa gracia. Es por esto que la cumbre en vuestras vidas sólo llegará por la cruz y esa cruz para cada uno en su vida significa esa persecución , algunos la viven como Yo, siendo perseguidos, difamados, golpeados, aborrecidos por los que no conocen la Verdad y porque la verdad les estorba le hacen la guerra.
Todos los días la cruz se hace presente y Yo les digo deben aprovechar todo lo que significa sacrificio, abnegación, renuncia a todo aquello que les va a estorbar para llegar a esa santidad, la santidad es para todos, porque Mi Vida, Mi Sangre tienen ese valor, que unidos a la divinidad, ustedes se hacen merecedores de ser herederos de Mi Gloria. Cuando esa entrega llega al martirio, al ofrecimiento de sus vidas, derramando su sangre en Mi Nombre, ese mérito es mayor en cuanto los designios de Dios, mas también esta bienaventuranza la alcanzan aquellos perseguidos y difamados a causa de Mi Nombre, entonces debéis de brincar de alegría y gozo por esa semejanza al Hijo de Dios, porque seréis dignos de poseer Mi Reino, porque vuestros nombres están escritos en Mi Libro y esa recompensa, nada ni nadie se las arrebatará.
Esta bienaventuranza os habla de la santidad, de esa entrega total, del amor que inflama y arrebata el alma para ser uno solo Conmigo, con el Padre y Espíritu Santo que ha inflamado vuestro corazón del fuego ardiente, para esa entrega verdaderamente sincera, para que en esa alma sea esa unión tal que alcanzando la cruz unida a mi sea crucificada con mis mismos clavos de amor por los cuales, sujetado a la Cruz, gozando de la entrega por la Salvación.
La cumbre sólo se conquista cargando la Cruz, no a fuerzas, sino por amor.
María al pie de la Cruz, estaba llorando, mas sentía los clavos que me traspasaban y Ella gozaba en lo profundo de su Corazón , porque sentía Ella que la Redención llegaba para esos hijos que comenzarían ese calvario, más ya unidos a la Verdad, al Perdón, a la Salvación
Venid benditos de Mi Padre a Mi Reino os digo a todos aquellos bienaventurados que supieron conocer al Amor y que lo vivieron dándolo a los demás.