miércoles, 3 de mayo de 2017

LIBRO 2 No. 29 ME DEJÁIS ESPERANDO

  
"Me dejáis esperando".


 
 
Hijita Mía: Tú corazón es embriagado de este Mi Amor que abrasa y que es fuego ardentísimo, este amor que es alegría y mezcla de dolor; Así debe ser, alegría y dolor, que Yo os amo intensamente. Tu sabes que al visitar a la enferma, a Mí me visitaron y disteis fortaleza, aliento para el dolor; en verdad os digo, que siempre que hagáis estas obras de caridad, lo hagáis en Mi nombre.

Anda, que Yo soy Amor y Misericordia, Yo soy el amor de los amores y Mi Corazón desea reinar en todos y cada uno de ustedes.
Ya no me hagáis esperar, que siento que Mi Corazón se despedaza al ver que me dejáis esperando, como limosnero en la puerta; amáis a vuestros amigos, a todos vuestros parientes, mas a Mí me dejáis con lágrimas en los ojos, extendiendo Mis brazos y Mi Corazón palpitando de amor y mi dolor crece al ver el desdén, el olvido y el poco interés que tenéis por este corazón, que está herido de amor y como un enamorado os persigue e insiste en ser correspondido.

¡Cuán pocos son los que aceptan Mi Cruz, porque es pesada, según ellos! Mas os digo, si lo hiciereis con este amor, que Yo tengo en Mi Corazón, Mi yugo sería fácil, no os pesaría tanto vuestra cruz, la llevaríais con alegría y amor. ¿Porqué, amados Míos, no volteáis vuestros ojos para ver Mi rostro que está bañado en sangre y que os mira con dulzura y con amor infinito?, ¿Porqué preferís el camino torcido y no el Mío?, ¿Qué no os dais cuenta que sólo la cruz es el camino?, Ved bien, daos cuenta que es la luz, que es la verdad.

Mi amor es paz, debéis tener confianza en Mi Amante Corazón, es Dios el que os lo dice que debéis tener oídos a Mi Evangelio, que debéis conocerme más, que os empapéis de Mí, que es urgente que seamos ya uno como lo es Mi Padre conmigo. Os doy Mi Corazón, y.. ¿Cómo lo recibís?, Con desconfianza, con frialdad, con temor. No Hijitos, no hermanos, venid a Mí, os digo, que aquí estoy con Mis brazos abiertos, que en Mi encontraréis la verdadera felicidad, que son muchos los que ni viendo se me quieren entregar con amor, totalmente, completamente, no a medias, sino enteros, así Yo los quiero.

Yo los bendigo y Mi Madre que está a vuestro lado cuidándolos como a sus pequeños, como puede cuidar sólo una madre amorosísima, que con ternura cuidaría a sus Hijos. Amadla y ensalzadla.


Estando en oración

6 de abril de 1978, 9:00 p.m.

Sagrado Corazón de Jesús.

Siervos del Divino Amor