viernes, 23 de diciembre de 2011

LIBRO 2 No. 91 “EL AMOR, EL AMOR SOY YO”

 

 

"El Amor, el Amor Soy Yo".

 

 

 

Yo soy la  Luz que rompió las tinieblas para que los ciegos vean, para que viendo cambien, para que ese cambio sea para gozar plenamente de mi Amor  el día es la Luz porque el sol alumbra y la noche es tinieblas, por esto Yo soy ese sol que da vida, que da calor  y engendra santos.

 

Yo os he mostrado mi Amor infinito bajando hasta ustedes para que conociéndome me amaran y vivieran esta vida de amor, el Amor vino y fue rechazado, el Amor espera al pecador, el amor os llena de felicidad, el Amor reina en aquellos que lo desean, el Amor es vida, el Amor está viviendo entre ustedes.

 

El Amor, El amor Soy Yo, el Amor; el que lo tiene ese vive, sin el amor hay muerte, odio, desolación, y eso es lo que más hay en el mundo, pocos son los que verdaderamente buscan el amor y pocos los que ya lo tienen, por esto Yo como un niño pequeño en los brazos de María os  vuelvo a traer ese amor, para que esta vez no lo dejen pasar e ignorándolo mueran de frío, de sed junto al manantial.

 

Un mandamiento os pedí, el más importante que se amen como Yo les amo, María mi Madre se los ha pedido, Yo los bendigo.

 

Pidan por todos para que conozcan el verdadero Amor.

 

 

1998 Diciembre 24, 11:15.

Siervos del Divino Amor

miércoles, 21 de diciembre de 2011

LIBRO2 No. 7 YO ENCARNO EN VOSOTROS


"Yo encarno en vosotros".


Hijitos Míos: 

Yo los amo mucho y nunca os daréis cuenta hasta donde llega Mi amor por cada uno de ustedes. 

Saben, Hijitos Míos, que Mi encarnación todos los días se repite en cada Consagración que se realiza en cada misa y en cada uno de ustedes al recibirme en vuestros corazones.  Yo encarno en todo aquel que me ama y me recibe con verdadero amor, y no os dais cuenta de ello, que ¡YO ENCARNO EN VOSOTROS!, y que os transformáis en Mí, y que así deberíais de meditar en cada día que me recibís en vuestros corazones.

Decís que todo un Dios se anonadó en bajar en el vientre de una Virgen dignísima de ello, mas no os dais cuenta que Mi abajamiento es mayor al encarnar en cada uno de ustedes que sois muchas veces indignos y que me recibís fríos e indiferentes.

Creéis que cumplís y nada más, y no os ponéis a pensar en el gran amor que os tengo y no me abrazáis con ese amor con que Mi Madre lo hizo, con esa humildad que deberíais de hacerlo.  Mi Madre Santísima Me acogió en Su seno llena de fuego y amor; sentía tanta alegría que deseaba gritar esta maravilla que se realizaba en Ella.  Y ustedes, ¿cómo me reciben a Mí, al que es dueño absoluto de todo? ¿el que os ama tanto?, que lleno de fuego, de amor, se lanza a vuestros corazones.

¡Ah Hijitos Míos! ¡Cuántas indiferencias, cuánta frialdad hay en vuestros corazones! ¿Porqué Hijitos Míos?  Yo os digo: Despertad, ved y Sentid las llamas de Mi Amor que desean envolveros en estas llamas de amor.  Llenaos de Mi, vivid en Mi y por Mi.

Yo los bendigo y os digo: Recibid Mi Corazón envuelto en llamas por cada uno de ustedes.  Imitad a Mi Madre Santísima y pedid a los ángeles que os ayuden a alabar al Divino Verbo, que cada día encarna en cada uno de ustedes; y Yo os dije que aquel que comiere Mi carne y tomara Mi sangre viviría eternamente.

¿Acaso no os doy la vida?, No sólo la vida, la fortaleza, sino la vida eterna, porque Yo soy la vida misma.  El que me recibe a Mí, recibe a Mi Padre, a la Santísima Trinidad.  Por eso os hacéis templos vivos, donde Yo tengo mi templo y en él habito.


25 de marzo de 1977, 9:05 a.m.
 Sagrado Corazón de Jesús.
Siervos del Divino Amor

miércoles, 14 de diciembre de 2011

LIBRO 3 No. 12 SOCORRAN AL HERMANO VIÉNDOME EN EL A MÍ.

 

“Socorran al hermano viéndome en él a Mí”.

 

 

 

 

Hijita mía, sabes que Yo soy Amor y dime ¿quién de aquél que ha sabido de mis ternuras, de mis dulzuras me vuelve la espalda?  ¡Ah! Hija mía, son tan pocos los que corresponden a mi Amor, a mis gracias, cuántos hija mía tienen sobre su cabeza la muerte, qué contados están ya vuestros días, qué poco caso hacéis de ello.

 

Fíjate en estos momentos cómo corren y se afanan en compras, en quedar bien con el pariente, con el vecino, pero no por amor, sino por el qué dirán, por compromiso. 

 

Cuántos hay, hija mía, que el buen día se lo dicen con falsedad, se dicen buenos días con la boca mas no con el corazón, sonrisas falsas, mentirosas, que creen poder engañarme, pobres almas, cuánta hipocresía, qué vacíos tienen sus corazones, compras y más compras, mas al de enfrente que no tiene para comer a ese lo ignoran, le sacan la vuelta, porque ese pobretón no es de su linaje.  ¡Ah! Hijita, si supieran que a ese de enfrente Yo lo puse delante de ellos para que dieran algo de lo que Yo les he dado, no como limosna, pues lo que desea ese pobre olvidado, desamparado, unas palabras de amor, de aliento.  Ni eso hija mía tienen para dar a sus hermanos los pobres y necesitados.  Un “te amo hermano”, ni eso hija mía, saben que mi Corazón sufre por ver que no desean imitarme, que Yo bajé, dejé todo mi Reino para llegar a entregarme al corazón del más pecador, pobre, sí para enseñaros a amar la pobreza, para que os deis cuenta que allí entre los más pobres y necesitados estoy Yo, porque en el dolor me encontraréis más fácil que en la alegría, en el ruido mundanal, porque el pobre sólo pide por necesidad y os da la oportunidad de ayudarle y así Yo os recibo con las manos callosas, pobres y andrajosas, un mendrugo de vuestro pan.

 

Saben que Yo os amo a todos por igual, mas os di riqueza a unos para que penséis en el hermano que no le di esas riquezas materiales y así, teniendo la caridad en vuestros corazones, a mí me tendréis.

 

 Me gustan los corazones generosos, pues cuántos los hay que piden para dar y socorrer al hermano viéndome en él a Mí.

 

Mi Madre siempre socorría al pobre y necesitado.

 

Yo los bendigo y amo.

 

20 de diciembre, 1979

Sagrado Corazón de Jesús

Siervos del Divino Amor

jueves, 8 de diciembre de 2011

LIBRO I No. 36 LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA


INMACULADA CONCEPCIÓN

DE MARÍA




Yo hijitos, como madre de Jesús, desde el momento de mi concepción, fui llena de las gracias necesarias para ser la Madre de Dios, por esto yo sentí desde el vientre de mi madre, arder mi corazón de amor por Dios.

Mi concepción fue obra de Dios, sin pecado, porque tenía que ser así, en un abrazo de amor de mis padres fui concebida, por eso el Señor así se extasió de mi pureza venida de El.

Yo les pido sean ustedes ejemplo de humildad, de amor, y de unión.

Yo los bendigo.

8 de Diciembre de 1993
Dado por la Santísima Virgen María
Siervos del Divino Amor