miércoles, 26 de septiembre de 2012

LIBRO 2 No. 48 LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS

 

“La Salvación de las Almas”.

CRUZ4

 

Sabes bien que Yo muero de amor y que al morir di mi vida y sangre por este amor para que tengáis vida en superabundancia.

Nada os debe turbar, ni nada os debe alejar ya de Mi, pues como la gota de agua purificada cae al océano, así vuestra alma queda unida a mi fuente inagotable de amor y misericordia, para que ninguno se perdiera, mas muchos desperdiciáis estas gracias de Mi Corazón.

María está  siempre a vuestro lado, cuidándolos como hijos, los más pequeños y necesitados, pues Yo soy el que os hago sentir este deseo en vuestros corazones y así ¡pidiéndolo! ¡Yo los salvo!.

Mi Corazón hija arde en deseos de esa salvación, pues es tanto que di mi vida y sangre por cada uno que, uniéndolo todo a mi Corazón de enamorado, sean salvadas muchas almas por Mi Sangre redentora que es fuente inagotable de salvación. Sentid en vuestro corazón el deseo grande de esta salvación por todos.

1982 Junio 13, 1:10 PM.

Sagrado Corazón de Jesús

Siervos del Divino Amor

miércoles, 19 de septiembre de 2012

LIBRO 2 No. 47 ES TANTO EL PRECIO DE UN ALMA QUE ES LA VIDA MISMA

 

“Es tanto el precio de un alma que es la vida misma”.

 

ALMA

Si hay alguien que más desee la salvación de las almas soy Yo.

Hija tengo una sed devoradora por la salvación, porque todos lleguen a gozar de mi gloria. Al dar la vida, cuando es dada por Mí Corazón es movido por la caridad inmensa, infinita de que esa alma participe de Mi Amor y desde ese momento Yo la cuido y todo momento vigilo por ella, sí Yo cuido de los gusanillos más insignificantes y despreciados por el hombre

¿Cómo Yo cuidaré de un alma, qué deseo sea para Mi gloria, que es imagen y semejanza mía? Con ternuras de Madre, con anhelos, y delicadezas me desbordo por cada alma que nace.

Y en ocasiones esa alma es ya predestinada, desde el vientre es llena de gracias para darme gloria.

Cuántas almas ¡oh hija! se pierden, cuánto dolor siente Mi Corazón de ver tanta necedad, tanta hipocresía, tanto desdén hacia su creador.

Sabes que Mi Corazón sufre de ver que esa alma sé torna dura como la roca, fría, indiferente hacia mi amor; de mil maneras Yo atraigo esa alma y hasta el último momento deseo rescatarla, pues Yo que sé lo que le espera: el abismo profundo y lleno de dolor que tendrá que pasar una eternidad, lloro y sufro cuando esa alma se pierde, como una madre llora de ver perdido a su hijo para siempre, así solloza Mi Corazón, porque te digo, si alguien ama y sufre intensamente Soy Yo, porque Mi Corazón es todo Amor y si una madre sufre pues Mi Corazón sufre miles de veces mas de ver como son tantos los hijos ingratos que Yo les brindé amor, que les di Mis ternuras y no oyeron y no vieron por su soberbia, porque prefirieron ser hijos del mundo que de Mi Corazón.

Es tanto el precio de una alma que es la vida misma, Mi sangre que di y por una sola, si fuera necesario la daría Yo otra vez.

Los amo tanto hija, que me ahoga el llanto y siento que como hombre, como está Mi Corazón humano ya no puede ver mas tanto crimen, tanto lodazal de impurezas. Yo me ruborizo de ver tanto escándalo, de ver tanta maldad.

Almas justas, almas buenas, eso es lo que Yo siempre he deseado en cada alma, mas son tan torpes que nada quieren saber de Mi y me avientan a la cara Mis ternuras, Mis amores dejando sus cruces que Yo les ofrezco. Os cansáis, os sentís defraudados porque al buscarme solo pensabais encontraríais todo fácil estando unidos a Mi, rezándome un Rosario o jaculatorias o yendo a misa y dando una migaja al hermano, ya creéis que estáis ganando el cielo, más el dolor no va con nadie, a la cruz todos le huyen y creen que como a los poderosos se les abrirá.

“Ya tendremos un puesto de seguro bueno”, siendo hipócritas, aunque os caigan gordos y si es posible me neguéis y fingíais ni conocerme, conseguiréis el puesto alto que tanto soñáis.

Pensad hijitos que Yo Soy Jesús, que Yo Soy el Rey de Reyes, que a Mi no se me cambia por nada, porque ya os dije: Amareis al Señor nuestro Dios sobre todas las cosas mas que a vosotros mismos y vosotros de todo hacéis vuestros dioses ¿por qué ya no ocupo el lugar primero de vuestro corazón?, ¿por qué el último?, Yo Soy un pordiosero que debe esperar, si os da tiempo bien y si no, pues así que se aguante, al fin que con El decís: solo pruebas hay, solo dolor y sacrificios, ¿por qué os pide tanto si vosotros también tenéis derecho? Diréis.

Mas os digo si os dierais cuenta lo que Yo os ofrezco; en verdad os digo que dejaríais todo y me seguiríais como lo hizo Pedro, como lo han hecho tantos Santos que oyeron Mi voz y la sintieron hasta el fondo de su corazón y dejaron todo por Mi Amor, corrieron locos de amor a cumplir Mi Voluntad.

Soy Dios de amor, de misericordia, más os digo: Yo os amo como una madre y que más puedo desear que estrecharos en Mi Corazón; tenéis algunos tan contado él tiempo y es como un suspiro que pasa y ya no regresará, esa vida que para muchos es eterna en la tierra según creen, sin darse cuenta que es un pasar, para Mi cuenta y es una herida en Mi Corazón el ver que muere sin estar en mis brazos y con mis ternuras de madre; pues si mi Madre es ternura y misericordiosa, de mí tomó todo ella.

Es por esto que Yo les digo: una alma que muere para siempre para Mi es gran dolor y lloro de verla perdida siempre en el abismo una eternidad, ¡Cuántas ternuras, cuántas caricias, cuánto amor Yo le daba y le daría una eternidad!

Que tristeza, que amargura siente Mi Corazón de ver que de pronto todo será destruido por la soberbia de hijos ingratos que prefieren más el odio que el amor.

Yo Soy la Verdad, El Camino y La Vida y en verdad les digo fuera de Mi jamás encontraréis la felicidad porque como la semilla tendréis que morir para vivir, porque el que no renuncia a ese yo, a si mismo, jamás podré Yo reinar e su corazón.

Esperando estoy impaciente al pecador, Mi Corazón es hoguera ardiente de amor y consumiros en ella deseo. Deseo que sintáis que vuestras fibras de vuestro corazón unidas a las mías se estremezcan de amor que ya nada os detenga, que ya nada os inquiete, que ya nada desee vuestro corazón porque el que a Mi me tiene ya todo lo posee, pues en medio del dolor su corazón solo amor tendrá.

1981 Noviembre 19, 1:05 PM

Sagrado Corazón de Jesús

Siervos del Divino Amor

miércoles, 12 de septiembre de 2012

LIBRO 2 No. 46 DICHOSOS SOIS DE TENER MADRE Y SER HERMANOS DE JESÚS

 

“Dichosos sois de tener Madre y ser Hermanos de Jesús”.

SANTA MARÍA ASCENCIÓN

Hijitos pequeñitos míos, Yo sé lo que os aflige y a todos vuestros hermanos, y es por ello que estoy aquí para escuchar vuestras quejas, dejádmelas todas aquí porque yo abogaré por ustedes. Déjenmelo todo, que yo estoy pendiente y con solicitud de Madre amorosa, de Madre de Dios Verdadero, por el que todo vive.

Yo, María Inmaculada, os digo: dichosos sois de tener Madre y de ser hermanos de Jesús. ¿Pues qué os podrá  faltar, qué os puede afligir? ¿Sí yo soy vuestra Madre, qué os podrá faltar?

Yo les digo: haced oración, penitencia, pues yo me uno a ustedes por la conversión de los pecadores, pues muchos se van al abismo porque no hay quien pida por ellos, ni ofrezca sacrificios. Rezad por el Papa que sufre de ver tan ofendido al Señor, por los sacerdotes, por los enfermos, por los que están  lejos del Corazón de Jesús.

Yo los bendigo y les doy mi Corazón, adolorido de ver tanta traición al que es Todopoderoso. Os amo y les brindo mis ternuras, mis caricias y mis ósculos, como una Madre se los da a sus hijos.

1981 Noviembre 10, 6:40 PM.

Santísima Virgen María

Siervos del Divino Amor

miércoles, 5 de septiembre de 2012

LIBRO 2 No. 45 USTEDES GOZAN DE UN JUBILEO CONSTANTE

 

“Ustedes gozan de un jubileo constante”.

 

ALEGRIA DE MARÍA

Hijitos Míos, Hermanos Míos, Yo los amo tanto y les digo: ustedes gozan de un jubileo constante, jubileo quiere decir alegría, pues el Señor está con ustedes y este jubileo es para que Dios, que es alegría, esté siempre en vuestros corazones. Que todos oigan bien: háganlo para agradar al Señor, para desagraviarlo, pensando en que el Amor, sólo os pide amor.

Piensen que el tesoro principal lo traen dentro de vuestra alma, para muchos olvidada, enflaquecida, leprosa, llena de orgías, sedienta, hambrienta de las cosas divinas; así muchos no tienen caridad ni consigo mismos, piensan que agradando a su cuerpo, todo lo mejor para ese cuerpo que sus ojos ven, cumplen. Que lo demás espere porque estorba para todo lo que sólo ve en el espejo: tu torcido yo y esa alma agoniza de hambre, de todo lo que la alimentaría y la conservaría con salud.

Pues así es Hermanos Míos, qué pocos se dan más a lo espiritual y se olvidan de todo lo vano, de lo que no sirve para la salvación ¿de que les servirá cuando el hombre muera, al estar frente al Señor, haber cuidado de todo lo material, si olvidan la salvación de su alma?, ¿Cuántos ponen su tiempo, su corazón, en los negocios, en las comidas suculentas, en las cosas de los placeres que dan a su cuerpo, olvidando a sus hermanos necesitados, a sus mismos hermanos con los que conviven? y para callar la conciencia meten su mano en el bolsillo, buscan la moneda más pequeña para darla, así pueden aventar un pedazo de mendrugo a los hambrientos o un par de zapatos con agujeros para los descalzos, ven su ropaje y lo que ya no les gusta o les sobra o está inservible eso es lo que dan a los hermanos.

Oh Hermanos Míos, qué pena, qué dolor, pues aun no han sabido reconocer a los hermanos, como Jesucristo, en cada uno y creen que todo es fácil y que yéndose a confesar ya están disculpados y siguen en sus críticas, en sus envidias, en sus odios, en sus rencores... ¡no Hijos!, eso no es acercarse a Dios, ¡Cambiar sí!, porque es necesario, es urgente ser conscientes de vuestra salvación. Cuando mueran nadie estará presente para las cuentas, sino solo cada uno será responsable, ved que el llamado de Dios es fuerte y no hagáis sordos los oídos, ni cerréis vuestros ojos a las verdades.

Tentaciones siempre las tendrán y si las ofrecen y si piden el auxilio divino, todo esto os santificará, así se pulirán como a una joya, como el Señor os desea, limpios, nada manchado entrará donde está el Señor.

María es vuestro auxilio, llamadla en cada momento pues ella os cuida como Madre y no os dejará caer, pues os dirige de la mano; como a un pequeño os guiará, os enseñará a caminar derecho por los caminos escabrosos de la vida y así aprendiendo a caminar por el camino de Dios, ya nada os perturbará y ya nada temeréis.

28 de septiembre de 1980. 6:55 P.M.

Sagrado Corazón de Jesús

Siervos del Divino Amor