miércoles, 29 de agosto de 2012

LIBRO 2 No. 44 LA MAYOR CARIDAD CONSISTE EN PERDONAR

 

“La Mayor Caridad Consiste en Perdonar”.

 

HIJO PRÓDIGO5

 

Jesús mío, ¿Cómo es posible que me soportes, que Tú desees que yo esté orando frente a Ti, Jesús, si sabes lo pecadora y miserable que soy?

¡Ah! Hija mía, porque Yo no me canso de nadie ni de nada, porque Yo no soy como son los humanos.

¡Ah! Si tú entendieras que mi delicia es estar con mis hermanos. Que Yo, cuando un alma se me acerca, hago a un lado sus miserias porque Yo no me canso de amar y el corazón humano fue hecho, óyelo bien: PARA AMAR CON MI AMOR.

Mas por su falta de sinceridad, de todo se cansan, de todo se fastidian, hoy dicen amar y al otro rato ya están llenos de prejuicios, de soberbia y odios. No son constantes en el amor. Que al ver los defectos de los demás, se alejan de ellos y no se dan cuenta que la mayor caridad consiste en perdonar, en disimular los defectos de los hermanos.

¡Ah! Hija mía, cuánto sufro al ver tanta falsedad, porque algunos dicen tener esa caridad, mas no les sale del corazón, porque algunos al estar frente al hermano que les cae mal, según él, lo trata con caridad, pero es falsa porque en cuanto el hermano se aleja, comienza a murmurar, a criticar, y no una, sino varias veces, a levantar falsos de ese hermano ausente. No hijos, esa no es caridad.

Caridad es amor. Hasta no ver los defectos de los demás, perdonar, olvidar, desear ser uno solo con ese hermano, como Yo lo deseo, ser un sólo corazón con todos, como mi Padre y Yo lo somos.

1980 Junio 21, 6:00 PM.

Sagrado corazón de Jesús

Siervos del Divino Amor

miércoles, 22 de agosto de 2012

LIBRO 2 No. 43 DESEO LLENAROS DE MIEL

 

"Deseo llenaros de miel".

 

JESUS ROSTRO2

 

Amados Míos, decid que os sabe la hostia consagrada a miel, pues saben que esa miel mana de Mi enamorado Corazón, de ese Corazón que es fuente inagotable de santidad para aquellos que lo deseen.

Deseo llenaros de miel, endulzaros todos vuestros corazones, que estén tan unidos en ese panal de miel, que ahí fundidos en las dulzuras, las destilen vuestros corazones, para darlo a vuestros hermanos: sean aquellos que os ofenden, a los que os aman, a los que os ultrajan; que llenéis de mieles a los necesitados, a los olvidados, a los pobres y enfermos, a todo el mundo; que los que pasen a vuestro lado saboreen esa dulzura que deseo tengáis en vuestros corazones; que os asemejéis al Mío en el amor, en la entrega, en la caridad; seréis como la dulzura grande que tiene Mi Corazón, para el triste, para el afligido, para el desamparado.

Os entrego entero Mi Amante Corazón, el vuestro lo deseo ahorita, dádmelo ya, lleno de amarguras, lleno de tristezas, lleno de dolor, que yo lo transformaré en dulce como miel y vuestro dolor será gozo junto al Mío.

11 de junio de 1980

Sagrado Corazón de Jesús.

Siervos del Divino Amor

miércoles, 15 de agosto de 2012

LIBRO 2 No. 42 BIENAVENTURADO EL QUE PREFIERE A NUESTRO SEÑOR.

 

“Bienaventurado el que prefiere a Nuestro Señor “.

 

SAN JOSÉ3

 

Hijita mía, sabes que mientras más te entregues, que cuanto más ames, que cuanto más te olvides de ti, más té asemejarás a Mí.

Ama por Mí; olvida y perdona por Mí; habla por Mí; consuela por Mí; escucha por Mí. Sabes que el que se asemeja a Mí está viviendo en Mí, por Mí y en Mí y en mi nombre, pues así sabes que estás amando Mi voluntad.

Yo Jesús te digo: bienaventurado el que me prefiere a Mí ante todo, ante toda criatura, ante todo bien temporal, porque Yo le remuneraré pagando todo ese amor, pues el que deja todo por Mi Amor es más rico que todo el que es millonario materialmente, pues me posee a Mí que Soy la mayor riqueza, pues dichoso y feliz será  eternamente aquel que sólo amor tiene en su corazón.

Por ello es que os dije: "Mi Reino es del que es humilde, jamás del soberbio." ¡Ah! Hijita mía, que pocas almas son las que se dan cuenta de que la felicidad verdadera Soy Yo, porque el que en Mí obra será eternamente feliz, pues en Mi nombre sufrió y en Mi nombre gozó, en dolor y en alegría!

Sabes, amada mía, que el que me encuentra ya jamás podrá  vivir sin Mí, sin mis delicias, sin mis incendios y es como si se abriera un velo para aquellas almas y todo lo ven claro y se darán cuenta de que la paz, la felicidad, la vida... Soy Yo. ¡Jamás encontrarán en otra cosa o criatura esas delicias que en Mí encontrarán!

¿Por que pierden el tiempo? Sabéis que sufro intensamente. ¿Sabes de cuántos hogares me desechan con sus absurdos modernismos, con sus adelantos? ¿Sabes que la mujer ya no ama a sus hijos, ni desea cumplir con sus deberes? Ellas, que deberían ser ejemplo de sus hijos, la pasan fuera de sus hogares. Su lugar es el hogar, pues esos hijos crecen abandonados y sin quien los dirija hacia Mí. El padre con sus trabajos, cuántos amasando fortunas se alejan de su hogar por tener todas las comodidades, se olvidan que tienen un deber y una responsabilidad con esos hijos, que les dejan que hagan y deshagan!

¡Ah! Hija mía, y no se diga de tantos que viven sus vidas con locuras, en embriagueces, pasándose las noches en lugares de perdición y horrendos pecados. Hija mía, haced oración; anda, que el mundo se hunde, pues mis elegidos, mis sacerdotes son tan fríos e indiferentes, mis religiosos son soberbios, no hay caridad, no la hay en esos conventos.

1979 Octubre 12, 4:45 AM.

Sagrado Corazón de Jesús

Siervos del Divino Amor

miércoles, 8 de agosto de 2012

LIBRO 2 No. 41 "Con tantas dulzuras y ternuras de María y Jesús".

 

"Con tantas dulzuras y ternuras de María y Jesús".

 

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Mira, hija, yo José, como esposo, siempre todos piensan que pude haber sido de gran mando y exigente.

Sabes, que yo jamás alce la voz a María, a Jesús; ellos acudían a mí siempre, preguntando, adelantándose, para darme ese lugar y siempre contestaba sonriendo jamás iracundo ni creyéndome el señor.

Yo sabía que Jesús era hijo de Dios y María, la escogida y los amaba tanto, que yo me sentía indigno de tan gran cargo; mas nunca se desconoció entre ellos mi paternidad ni autoridad de la cual yo jamás abuse ni nunca grite ni quise aprovecharme de los méritos de Jesús ante el Padre para pedirle cosas que me engrandecieran; lo único que hice ante ellos fue amarlos con todas mis fuerzas y con toda humildad, pero era tan grande el amor y la comprensión que nos tuvimos que con solo la mirada nos entendíamos; jamás discutimos.

Una cosa: jamás nuestros pensamientos estaban tan de acuerdo, que todo era felicidad y amor; aun en las pruebas, en aquello que era doloroso sentíamos la paz y jamás desconfiábamos uno del otro; éramos como eslabones que unidos en los corazones con una sola mirada nos entendíamos .

Jesús era como todo niño cuando pequeño: dulce siempre, amable y travieso; pero sus travesuras eran tan graciosas que nunca provoco disgusto o reprensiones; eran tan blancas sus travesuras que a mí me gustaban por que nos hacia sonreír a María y a mí.

Cuando en su sabiduría nos explicaba ciertas cosas, lo hacía con un candor, con un encanto que hacía que nuestros corazones ardieran de amor.

Cuando tenía dos años y caminaba ya, aunque tropezaba todavía, porque él deseaba correr, sobre todo para venir a mi encuentro, se soltaba de María y corría para estrecharme con sus blancas manitas, sus ojos brillaban de alegría.

Al verme llegar, nuestros corazones latían y María también corría y me estrechaba en sus brazos; con esa ternura que siempre ha tenido María, me sonreía y yo me sentía tan feliz que mi cansancio y fatiga se mitigaban con tantas dulzuras y ternuras de María y Jesús.

Cuantas veces llegaba yo triste, sí, porque el trabajo que entregaba no se me había pagado y llegaba con las manos vacías para sustentarlos a ellos y yo me sentía tan pobre ...mas María me guiñaba el ojo y me decía anda no te aflijas que estamos felices todos y me hacia sonreír y olvidar mi fracaso.

11 de septiembre de 1979 - 10 :15 p.m.

San José

Siervos del Divino Amor

miércoles, 1 de agosto de 2012

LIBRO 2 No. 40 EL CANTAR DE LOS CANTARES

 

“El Cantar de los Cantares”

 

AMOR DE DIOS

Mira hijita, os he escogido, no por vuestros méritos, sino por vuestras miserias, pero sabes que me encanta estar en vuestra compañía, conozco cada fibra de vuestros corazones, sé vuestras palpitaciones, sé que entre vosotros hay corazones soñadores, amantes y ardorosos, se que en momentos algunos sienten el don de desahogo, y brotan de sus ojos cascadas de llanto que lavan y purifican esa alma, esas lágrimas son preciosas cuando brotan desde el fondo del corazón, y sé también cuando invade de alegría la dicha, ese corazón.

Mira hija, cuando un corazón ha sentido mis ternuras, ya en la alegría, ya en el dolor, ese corazón es como un instrumento que al sentir cualquier clase de emociones, suenan sus cuerdas como hermosas melodías que me cantan y alaban.

Sus penas, sus congojas, sus alegrías, sus amores, sus cantares semejantes a los trinos de las aves y arrullos de los mares; todo esto unida el alma a Mí, se vuelve el cantar de los cantares, cuando todo es para dar gloria a mi Padre.

Las sonrisas, las lágrimas y los ayes, son amores que cantan entre risas y agonías, pues en verdad te digo, al daros la vida en ese momento de la concepción, comienza una vida que será para gloria de mi Padre, o será para tristeza del que es amor, mas hay tal hechizo, tal encanto, tal amor, que en ese corazón que se forma en el seno de la madre, que al nacer y ser hijo de la luz, ese corazón está listo para sentir en el fondo, ese torbellino que es el corazón humano, llega el amor y se posee de él, y lo llena de ternuras, de dulzuras, de luz y de verdad, de esto se inunda ese corazón que es hecho para amar.

Mas ¡qué tristeza!, abre las puertas al pecado que se introduce y destruye y obscurece y entristece y el que era amor se troca en odio y rencor, en ese corazón se acaba la paz que había recibido de Dios, es por esto que el pecado es tinieblas, amargura, falsedad, vanidad, y consigo trae toda clase de desgracia a ese pobre corazón.

Ved que importante es para esa alma reconciliarse con su Dios y pedir perdón, para que vuelva a tener la gracia de poseer en su corazón a Dios.

En el corazón de María mi Madre, siempre hubo luz, amor, alegría, porque estaba en ella la gracia de Dios, mi padre José tuvo temores, dudas, más jamás abrió las puertas a las tinieblas, y así gozó de esta gracia que le dio Dios.

El amor es como un riachuelo cristalino que suena, canta y corre, porque el corazón que consigo trae el amor, es inquieto, alegre, y agradable, esta llama que corre y prende y contagia por donde pasa, porque lleva vida, esperanza y caridad, el amor en el corazón es tenerme a Mi dentro, porque donde hay amor, esta Dios.

Y de este amor del que os hablo, es arrullo de palomas, y es brotar con estrépito el cantar de la cascada, que interrumpe el silencio con estruendo arrebatador, porque el amor no se puede ocultar, que el corazón trae consigo un raudal de cascabeles, que al sonar se oye por doquier y hasta el que no oyera, podría quedar sordo al sonar el cantar del corazón que lleva consigo al amor.

Ese amor que es infinito, eterno, y que nunca se acaba porque va hacia la eternidad, y es tal la luz que de él irradia, que el que lo descubre se convierte en enorme llamarada que abrasa, calcina y arrebata, y será como una hermosa obsesión.

Y te digo, bienaventurado el que llega a amar en este santo amor, porque tendrá la dicha de contemplar toda una eternidad, en todo su esplendor al que es Amor.

1979 Marzo 28,11:30 PM.

Sagrado Corazón de Jesús.

Siervos del Divino Amor